viernes, 31 de agosto de 2012

EPOSAK: UN MODELO PARA REPLICAR


Lucía Coll y Karen Pérez de la
Fundación Esteban Torbar

 
Se ha repetido muchas veces entre otras cosas porque es verdad: el turismo no termina de arrancar en nuestro país porque estamos -como el cuento de los indígenas y los espejitos- embelesados y embobados con el chorro de divisas que le ingresan al país por el petróleo. Además, es una riqueza fácil, que no pone a prueba la capacidad emprendedora y creativa de los venezolanos. Al contrario, nos adormece y nos vuelve abúlicos y pedigüeños: "dame lo que me toca" parece ser la actitud de muchos. Ciertamente, el petróleo ha sido, en cierta medida, nuestro opio vernáculo.
Por eso es digno de admirar y destacar iniciativas del sector privado que, contra todos los obstáculos y desincentivos, van adelante porque creen en el potencial de Venezuela como destino turístico de importancia. Y más relevante aún, buscan ayudar a pequeños emprendedores turísticos a realizar sus sueños y forjarse un destino.
Ese es el caso de Eposak, programa auspiciado y patrocinado por la Fundación Esteban Torbar (FET). Es admirable el apoyo que le brindan a incipientes empresarios turísticos en las comunidades donde operan: Kamarata en la Gran Sabana, Pueblos del Sur de Mérida, Birongo y Mango de Ocoíta en Barlovento, según nos explican Karen Pérez y Lucía Coll, Directora y Especialista de Comunicaciones, respectivamente, de la FET (La Huella Verde, Radio Capital 710 AM).
El proyecto goza de una mecánica muy especial y bien pensada -replicable en muchos otros sitios, por lo demás- mediante la cual cualquiera puede bien donar o hacerle un préstamo a un emprendedor en particular, para que éste vaya desarrollando su proyecto y haciendo realidad su sueño. Al cabo del tiempo estipulado, si se trata de un préstamo, el operador se compromete a devolver el monto en efectivo o "especie", alojando al prestamista en su posada, por ejemplo.
Pero como todo proyecto bien planificado, también contempla el desarrollo de actitudes y habilidades entre emprendedores que aseguren un excelente servicio y la sostenibilidad del proyecto en el tiempo.
Y, quizá lo más destacable para quien esto escribe: todo lo anterior está enmarcado dentro de un espíritu ecologista,  con absoluto respeto por la conservación ambiental, generando consciencia "verde" entre los dos extremos que se encuentran, turistas y prestadores de servicios.
Una vez que la "fiebre del oro negro" se nos pase, el país comenzará desesperadamente a buscar otro generador de divisas duras y Oh!!...descubrirá el turismo en general, y el ecoturismo en particular, como catalizadores inigualables de las microeconomías en comunidades apartadas que, en su mayor parte han estado marginadas del festin petrolero.
Lamentable, sin embargo, que esto vaya a ocurrir años después que vecinos y "hermanos" como Brasil, Colombia, Ecuador y Perú -mucho mejor planificados y previsivos- hayan consolidado sus "marca país",  desarrollado una robusta industria turística y sofisticada infraestructura. Porque contra ellos habremos de competir por las preferencias de viajeros en esta cada vez mayor "aldea global".

No hay comentarios:

Publicar un comentario