domingo, 24 de marzo de 2013

DECALOGO PARA LA FELICIDAD


 
Para nadie es un secreto que por muy diversas razones, políticas, económicas, sociales o religiosas, una sociedad puede verse significativamente afectada en su bienestar y caer en estados de infelicidad y desesperanza colectivos.

Son varios los gobiernos e instituciones que parecen haber despertado a algo que pocos dudaban a nivel de la calle: el Producto Bruto Interno y el crecimiento económico no bastan para medir el bienestar en una sociedad.

De ahí que gobiernos progresistas hayan asumido la tarea de crear las condiciones necesarias para generar estados de ánimo felices y optimistas en sus países. Destaca, por ejemplo, el caso del reinado de Bután, que ha desarrollado una escala para medir la felicidad de su gente y a estas estadísticas les conceden más importancia que al tradicional Producto Interno Bruto.

El movimiento global Action for Happiness o Acción para la Felicidad, que ha logrado notoriedad a través de la internet, destaca las siguientes diez acciones, entre otras muchas, que como decálogo de práctica diaria pueden mejorar significativamente el estado de ánimo de una persona. 

-Vivir más en el presente, cultivando la conciencia plena, no siendo rehenes de lamentaciones pasadas o ansiedades futuras, sino conscientes del momento presente.

-Ver lo bueno en otras personas. La crítica constante hacia uno o los demás puede ser destructiva.  Enfocarse en lo bueno es una clave en las relaciones sanas.

-Agradecer por tres cosas buenas cada día, aunque a veces parezca un ejercicio difícil. El agradecimiento es poderoso y las personas más agradecidas son más saludables.

-Contribuir como voluntario. Ayudar a los demás es bueno para la salud. También  pequeños gestos positivos o compasivos con uno mismo y los demás: una sonrisa, una palabra de aprecio o de aliento.

-Hacer algo nuevo, fuera de lo usual, expande la creatividad.

-Aprender a meditar. Son muchos los estudios que vinculan la meditación con un estado alerta, mayor calma y mejor salud.

-Tener más contacto con la Naturaleza, nos enseña a ser más responsables ambientalmente y compasivos con las otras especies que comparten el planeta con nosotros.
 

-Saber qué nos motiva, qué nos hace feliz y practicarlo.

-Crear un clima de mayor autonomía en el trabajo, ya que esto mejora la motivación e incentiva la creatividad.

Y finalmente -Pedir ayuda, si no se logra escapar de patrones destructivos.